Muchas son las incógnitas que rodean la historia de Apple, de cómo surgió la empresa y sus ideales, de la personalidad de Steve Jobs… Pero, al margen de esto, seguro que hay una de ellas a la que más vueltas le has dado: esa “i” minúscula seguida de tus dispositivos favoritos. iPhone, iPad, iMac, todos tienen el mismo comienzo en común… ¿Por qué? Quédate y te lo contamos.
Viajemos a los 90, solo así podremos entenderlo. Imagina la aparición en escena de Internet y el auge de los ordenadores personales, porque antes, por increíble que parezca, nadie tenía este dispositivo en casa. ¿Qué se le ocurrió a Apple? Lanzar un producto que se conectara a la Red, pero no de cualquier modo: mucho más rápido que sus rivales. Así lo han contado en Teknofilo, aunque hay más detalles que seguro te interesará conocer.
Para adelantar a la competencia, tenía que ser especial en todos los sentidos: funcionamiento, estética y, por supuesto, su nombre. ¿Sabías que Steve Jobs propuso bautizarlo como Macman? Menos mal que el equipo de marketing no aprobó la idea y buscaron una alternativa.
Lo cierto es que el término iMac fue propuesto por el equipo y no apasionó a Jobs… Hasta que lo vio en un prototipo. ¿Por qué la i? Por Internet, ya que ese era el mensaje principal para el usuario: una conexión veloz, superior a todos los PC de la época. Y así lo sigue siendo, sino que se lo digan a Tu Experto.
¿Sabes que no es este su único significado? Esa “i” va ligada al Individuo, porque querían que cada persona se sintiera identificada con su iMac, también a Instruir, porque favorecería el aprendizaje y, por último, Inspirar, porque con tal herramienta entre sus manos, todas sus ideas podrían hacerse realidad.
Con el tiempo, el distintivo que indicaba simplemente la conexión a Internet empezó a ser un rasgo corporativo, algo que directamente asimilamos con esa única marca y su personalidad. Una vez más, ¡bravo al departamento de marketing y publicidad, porque hacen magia!
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