Empecemos por la parte más obvia: un adblock es un bloqueador de publicidad. Plug-ins como AdBlock y AdBlock Plus actúan como extensiones en el navegador, ya estemos usando Safari, Opera, Chrome o Firefox. Su funcionamiento siempre se mantiene en segundo plano y da un acceso a la red libre de banners, pop-ups, enlaces de publicidad, etcétera. Es decir, navegación más limpia.
Como es obvio, este tipo de herramientas reducen los ingresos en publicidad que obtienen las distintas páginas y perfiles web por culpa de este bloqueo: al reducir la interacción, afecta directamente al impacto de estas posibles ventas derivadas.
Esto desembocó en una guerrilla donde los propios adblocks se encontraron con interesantes acuerdos legales. Por un lado, creaban una lista blanca de anuncios aceptables, permitidos por las propias plataformas por su “baja invasibilidad”. Por otro, se espoleaban nuevos métodos de marketing y visibilidad para esa publicidad enterrada bajo una mano de pintura tecnológica.
Asunto | Autor |
---|---|
¿No encontraste lo que buscabas?