Con la llegada del clima templado viene de la mano la eterna duda: ¿están los centros educativos preparados? Deben ofrecer una calidad óptima para que las clases no sean un suplicio para el alumnado, pero ¿quién piensa en la sostenibilidad y la inteligencia? Sí, es posible (y recomendable) conseguir esta simbiosis y, de paso, ahorrar. Si no lo crees, sigue leyendo.
La noticia que debería servir como ejemplo llega desde Francia. Allí, el instituto Aragón-Picasso de Givors se ha propuesto reducir el gasto energético sin dejar de ofrecer un ambiente agradable entre sus paredes. ¿Cómo? Con ventanas motorizadas e inteligentes, un proceso explicado por Casa Domo.
Imagina el problema: el profesorado se marcha una vez termine la última clase y no tienen tiempo o simplemente olvidan bajar cada persiana. Esto ya no volverá a ocurrir, con persianas eléctricas y conectadas y un punto de control central, además de un interruptor independiente añadido en cada clase cerca de la pizarra para una mejor gestión. Un edificio inteligente es igual a: no más dramas con las proyecciones de vídeo.
Al final del día, no será necesario revisar persiana por persiana, porque desde recepción se controla cada persiana. Además, si se eligen modelos sin cables ni fuentes de alimentación, no será necesario hacer obra, por lo que todo es mucho más rápido y menos molesto, igual que con la nueva Nest Cam. ¿Pensando en incorporar este sistema en tu casa? ¡Es posible! Ya no solo se trata de sostenibilidad y comodidad, también ayuda a la seguridad del centro.
La automatización y la centralización es una parte vital en el camino hacia la inteligencia y hacia una cultura más sostenible, que apueste por la efectividad en la elección de los dispositivos que nos rodean. Trasladado al ámbito doméstico, no hay nada mejor como tenerlo todo a mano y controlar tu casa desde tu smartphone.
Para esto la configuración digital es primordial, un paso tedioso en algunos casos pero que merecerá la pena. Ya sabes que si surgen problemas siempre puedes acudir a Tu Experto. Ahora vuelve a pensar, ¿qué te frena para convertir tu hogar en un lugar inteligente?
